Improbables


Querido:

Somos ese mínimo porcentaje de probabilidad que al universo se le escapó por una de las grietas que tiene repartidas en su infinita extensión, tan mínimo que está comenzando a succionar, ¿qué cómo lo noto? Es fácil, desde que pronuncié las palabras guardadas por años y tú, les diste nombre de "Segunda oportunidad" las horas se hacen nada, los días ni parecen eso, ¿y qué te digo de las noches? Esas ni siquiera existen, se nos van entre los dedos y aunque cuando más cómodos estamos y nos miramos directo a los ojos ambos vemos en el otro las palabras flotando: "No es suficiente" pero callamos, nos damos un beso, un abrazo, un roce de manos, o una simple sonrisa en la oscuridad que nos rodea

¿Oscuridad?

Sí, querido, es que ambos estamos a oscuras en esto. Andamos con los ojos cerrados, tanteando el camino, conociendo lo que muchos no tienen la suerte, ¿o es desgracia?, de conocer entre mejores amigos

Alguien dijo: "Salió de la friendzone" y yo me reí porque sonó tan estúpido y no quise decirle que eso no existe. Que nosotros seguimos siendo mejores amigos, que tener un título distinto nos parece una mera formalidad porque seguimos hablando, o en nuestro caso callando cosas

Tenemos problemas de comunicación

Con todos alrededor pero no entre nosotros, porque yo no soy capaz de compartir todo con otra persona, y tú, cariño tu eres el ser más callado que conozco. Pero en la intimidad nos decimos todo. Sin pena. Sin dolores pasados. Sin esperanzas futuras. Sin pudores. Con confianza. Con certeza de que somos entendidos y es que antes he dicho que somos como una de esas trágicas y maravillosas historias de amor de Isabel Allende. Así, justo así estamos. Lo nuestro es como lo de Franciso e Irene...solo que con mil grados de menos drama y espero, de verdad, que no nos toque huir a través de un cerro y sobre un burro porque aunque monto a caballo desde pequeña a verdad es que los burros me dan desconfianza, pero tú puedes ir sobre él y yo caminaré a tu lado...¡qué ridícula imagen! Espera que te la cuente, me vas a mirar con una sonrisa irónica en el rostro y yo te diré que eres un tonto, te reirás fuerte y preguntarás porqué para rematar diciendo que no entiendes las novelas que leo y yo te diré que te calles, y luego me pedirás que te explique todo el contexto de la escena que te conté y de la que no te reíste, mientras estamos abrazados, porque en 10 años escasamente nos tocamos, pero las últimas tres semanas no podemos mantenernos sin un roce por mínimo que sea

Estamos perdidos, ¿sabes?

Te cuento mis miedos y te limitas a mirarme, dar un apretón a mi mano y a no decir que va a estar bien, que no pasa nada, que es así cómo se aprende. No lo dices porque sabes que yo lo sé, pero que de momento estoy paralizada y que no lo proceso, pero lo haré en cuanto me calme, así que eso haces...calmarme

Tú hablas de todos los planes, de tu frustración con una porción de ti que está lejos y que aun no procesas tener en la vida, me cuentas tus deseos, que son muy extraños de escuchar pero que entiendo porque aunque los míos son distintos no dan el sentimiento de separarnos, sino de estirar el espacio para que quepan más confidencias entre nosotros, así que yo hablo...porque donde tú me calmas con silencio, yo te calmo con palabras

¿Por qué dije que somos improbables? 

Porque yo soy injusta, mimada, berrinchuda, grosera, impaciente, viciosa y encima mi mente está jodida, eso pienso e incluso me han confirmado algunos puntos, tan certero. Y siendo así y tú, siendo todo lo desesperante hasta lo infinito que eres, aunque vivimos discutiendo por cosas tan pequeñas al final siempre, siempre terminamos a carcajadas al caer en cuenta de lo ridículos que nos vemos. Eres un bichito raro. Y te odio, te odio tanto como te amo. Gracias por poner en palabras todo lo que yo no sé decir y gracias por callar cuando lo que yo digo sale mal para esperar pacientemente para explicar. No eres perfecto, aunque en los escritos parece que lo eres. Pues no, no lo eres pero para mi imperfección eres la pieza que encaja, vamos a dejarlo así